jueves, 8 de diciembre de 2011

VARANASI, CIUDAD DE VIDA


Gala tatuandose con hena

La mañana de Kajuraho fue de lo más tranquila. Tras escribir el Post y mandarlo nos fuimos a ver un par de templos que nos quedaban por ver. Esto de los templos a veces es hasta cansino, supongo que es como hacer el camino de Santiago y estar viendo todas las iglesias románicas de la zona. Muy bonito pero al final un poco cansino.
Aquí pasa eso. Te acabas aburriendo de tanto templo y tanto palacio, además la mayoría son de pago y es un suelta pasta que da miedo.




cocinero
Atheeeeeeetiiii!!!!
eup!

Volvimos al centro de la ciudad y comimos en un restaurante de la zona, no era gran cosa pero el chaval que lo llevaba era muy majete. En la cocina ponzoñosa que se encontraba llena de mugre en el momento que entramos había un chavalito que llevaba lo que parecía una camiseta clásica del Athletic y cuando le hice la foto se puso muy contento. Si a ellos les gusta pedirte que les hagas una foto imagina lo que es que se la tires sin pedir. Una locura!!! jejejeje.







la muerte
Quedaba a la altura de mi frente
Salimos de aquel restaurante no sin antes jugarnos la vida. Esto es algo bastante normal en todas partes. Se hacen empalmes que no cubren con cinta aislante y la dejan justo por encima de sus cabezas, sin tener en cuenta que los europeos somos más altos y tocaremos con la pelota los cables pelados. He de decir que dirariamente me doy en la cabeza con algo y tengo la parte superior del craneo llena de heridas que no terminan de curar. Solo eran necesarios, en las alturas de los marcos de puerta, de 3 a 4 centímetros más, al menos para mi.



Después nos tomamos unos chais en otra terraza y nos volvimos al hotel donde un chico muy majo y con una buena educación nos enseñó un poc de hindi. Estamos aprendiendo muchas cosas de hindi. Fue muy gracioso y Pilar está aprendiendo a un ritmo que da miedo. Gala y yo nos lo tomamos con mucha calma, con más pereza pero también soltamos nuestras cosas en hindi.


clases de hindi
El profe, Pilar, Joana, Natali y Gala
En la terraza conocimos a Joana y Natalí con las que estuvimos echando unas risas. Muy buena gente con la que seguro volveremos a coincidir. Esta era nuestra segunda vez ya que nos vimos en Orchha.
El tuctutero vino a recogernos y nos llevó a la estación. La estación de Orchha es bastante modernita y limpia. Estaba llena de guiris y nosotros, aunque llegamos los últimos, completamos el número. Nos metieron a todos en el vagón 6. Curiosamente en ese vagón llevábamos a 3 policías armados que dormían plácidamente mientras nosotros hablábamos.



Salimos a las 11 de la noche y llegamos a Varanasi a las 12 del mediodía. Un poco paliza a priori pero he de decir que entre la charla y la tranquilidad de ser un tren para guiris hicimos el viaje muy agusto. Antes de salir nos preguntaron si queríamos desayunar por la mañana y dijimos que si. Nos preguntaron porque intercambiamos unas palabras en hindi con un o de ellos y a las 8 de la mañana nos trajeron el break fast.
Este desayuno se componía de dos huevos duros y dos tostadas de mantequilla con un chai a temperatura infierno. Fue un poco seco de comer, como meterse dos o tres polvorones en la boca. Si no llegamos a tener también el chai creo que habríamos muerto por hacer un tapón en nuestras garagantas. Fue como comer serrin.

Nos bajamos en Varanasi y no había bajado el primero de nuestros pies del vagón cuando ya se nos había ofrecido el primero de los tuctuteros para llevarnos. Nos llevó por 40 rupias, al principio. Nos llevó por supuesto al hotel que le dio la gana y después de ver aquel por el que se llevaba comisión  nos acercó al que queríamos ver. Para ello aparcó el tuc tuc en una calle pequeñita y nos llevó por calles estrechas andando. Estuvimos andando por esas calles unos 15 0 20 minutos. Las calles no mantenían el ancho en ningún punto, giraban y torcían en muchas direcciones o bajaban unas escaleras y subían otras.

La porquería de esas calles era considerable y de vez en cuando una vaca se cruzaba en el camino por lo que casi había que meterse en las tiendas de los costados para dejarla pasar. Perros a montones que corretean por los callejones comiendo ratas, insectos o revolviendo en la basura. Las montañas de porquería se acumulan en los costados y allí donde el espacio lo permite una perra amamanta a sus cachorros que todavía no han abierto los ojos.


varanasi al fin
Ghats de Varanasi
Los escrementos de vaca se alternan con otros humanos, una rata muerta en medio de la calle, un perro con una herida por la que se ve su carne, un hombre con las piernas torcidas y deformadas estira su brazo para pedirte unas pocas rupias que no das. Alguien se asoma por un lateral y te clava la mirada, asientes con un gesto de la cabeza y continuas tras mirar su respuesta. Hombres con ropajes típicos de aquí beben chai mientras secan su sudor de la frente con el pañuelo que cuelga de sus hombros, sus miradas cansada hablan de la muerte, de esa muerte con la que trabajan llevando los troncos que servirán de pira funeraria, ese es su trabajo, esa es su función en esta ciudad, ayudar a aquellos que se han ido a desacerse de sus restos.




Las pisadas seca y fuertes se vuelven húmedas en cada charco. De las pocas tuberías de las paredes cae un hilo de agua y los gorriones aterrizan y despegan como si de un parque se tratara.

Los olores varían y pasa del olor de la pakora o del Potato Tikia a un olor de parrillada, tan pronto huele a comida como huele a escrementos o a masala. Todo ello aderezado con un humo permanente que atraviesa las calles. En una de estas vemos montañas de troncos y pequeños talleres donde abren estos troncos para hacerlos más pequeños. Estos hombres abren los maderos con cuñan, casi no usan sierras y amontonan lo cortado para quemar unas pocas horas después en las que oleadas de hombres portarán esos troncos sobre sus cabezas camino a las orillas de los Ghats.

En los callejones vemos fachadas que amenazan con caerse, fachadas que en cualquier otra ciudad del mundo permanecerían acotadas hasta su derribo. aquí los escombros se acumulan sobre un hierro oxidado que algún día vaciará su contenido en el silencio de la noche o en el barullo del día. No llevo cámara
Vimos los hoteles que aunque muy bonitos escapaban de nuestro presupuesto. Volvimos al tuc tuc un buen rato después. Con un gesto de asombro que llevamos en las caras tras todo lo visto nos montamos en el tuc tuc con intención de ver otros guest house del sur de Varanasi. Estos que habíamos visto se encontraban en la zona de incineraciones. Aquí hay Ghats que trabajan "24h non stop". queman decenas de cadáveres por hora. Otros Ghats más pequeños se reparten por los cerca de 10 kilómetros del que se compone el conjunto de ghats de esta ciudad.

Encontramos un Guest House muy interesante de nombre Elvis. Posee una terraza con vistas a ninguna parte. Comimos y hablamos con algunos viajeros que allí había. Chilenos, argentinos, australianos, holandeses, y algún español. Quedamos en vernos por la noche y marchamos a ver los Ghats que por el momento solo habíamos olido.
barcas en varanasi
Barcas en el Ganges, Varanasi, Benares.

Caminamos un par de minutos por unas calles muy estrechas llenas de pequeñas casas ocupadas por familias. Todos nos miraban y como suele ser habitual los niños se acercaban para hacernos el interrogatorio de rigor.


chicos malos
Malotes del Ganga

Teníamos muchas ganas de ver el Ganges y no nos paramos como hacemos otras veces. La calle murió perpendicularmente sobre el Gran Ganga. Unas escaleras empinadas (los ghats) nos acercaron al agua y un grupo de niñas se acercó a nosotros con el ánimo de vendernos postales o flores para hacer alguna puja (ofrenda). Caminamos por los ghats mientras el sol empezaba a acercarse a la linea de horizonte. Búfalos, vacas, hombres y niños caminaban por las orillas, revolviendo a la gente más que haciendo algo concreto. Llegamos a un pequeño palacete y tras él nos encontramos en la primera zon de cremaciones que veríamos ese día.





De esto no hay fotos, me pareció una falta de respeto acerlo allí mismo.
Había cuatro cadáveres. Uno sobre una plataforma circular, otros apoyados sobre alguna piedra que hacía de tiro.

incineracion
Incineraciones en el Ganges

Empezaron incinerando uno que había en un lateral. Algunas personas rodeaban la pira y un par de hombres se encargaban de preparar la montaña de troncos que comvertirían a aquel hombre en ceniza. Otro, con ropa blanca, realizaba una pequeña ceremonia. Echaba un pequeño tronco sobre unas ramas secas y seguido por esas otras personas giraba varias vueltas alrededor del fallecido.

Todo el mundo permanecía en silencio. Los hombres que giraban alrededor del cadáver iban descalzos, pisando las cenizas de otros que sucumbieron al fuego. Una vez terminado esto introducían esas ramas secas bajo el cúmulo de troncos y aderezaban el conjunto con una pasta que parecía grasa. A los pocos minutos todo ese conjunto queda bajo el fuego reduciendose la altura del conjunto. En menos de cinco o seis horas todo habrá desaparecido.

El escenario era espectacular. Intentaré describirlo lo mejor posible.

A la izquierda una zona donde mirábamos todos los extranjeros que allí había. Frente a nosotros la linea que separa la vida de la muerte. La gente se arremolinaba alrededor de las piras, a sus espaldas cabras correteando hacían ruido con sus gargantas, los niños jugaban con adolescentes a columpiarse y una fila de hombres bajaba portando los troncos desde las pequeñas factorías que había sobre los ghats. Dos o tres hombres se encargaban de que el fuego se repartiera de manera uniforme y un hombre con un palo largo movía los restos humanos hasta colocarlos sobre la llama más fuerte. El fallecido, cubierto con un sudario quedaba embuelto por las llamas y poco a poco su piel, su carne y posteriormente sus huesos iban siendo calcinados hasta desaparecer entre los troncos. Familiares y amigos observaban la escena entre lágrimas que secaban con sus ropas. El ganges a nuestra izquierda esperaba como hace cada día desde hace cientos y cientos de años. Las orillas eran montañas de sedimentos, tierra, basura, ceniza...

El humo se elevaba, negro al principio fino y limpio cuando alcanzaba la carne y el olor era ligeramente parecido al de una barbacoa. No era molesto, no era incómodo, no más que el silencio compartido con el sonido de cabras y bueyes. Todo ello cubierto por una niebla muy cerrada que entraba desde el rio.
allí permanecimos un buen rato hasta que decidimos marcharnos. Algunos extranjeros marchaban de allí sin poder aguantar las lágrimas. Caminamos un rato y unos minutos más tarde caminamos en silencio hasta nuestro hotel.

En el hotel nos pasó una cosa que fue de los más divertido que hemos vivido hasta el momento. Fue una psicosis compartida entre todos los que estábamos en el hotel. Ahí va:

"Nos encontrábamos en el roof (terraza del hotel). Habíamos hecho un corro de gente y hablábamos echando muchas risas con un chileno que era de lo más gracioso que nos hemos encontrado hasta este momento. Un par de tipos se ponían hasta las cejas a whisky, llegando a un punto en el que resultaba imposible hablar con ellos. Uno de ellos se fue a dormir y el otro se quedó con nosotros en un estado más que lamentable. En un momento dado una chica española se despidió del grupo y de su novio que allí se encontraba y bajó a su habitación. A los dos minutos subió toda preocupada diciendo que no podía entrar en su habitación porque estaba cerrada por dentro. En una hora ella y su novio tenían que coger un avión con destino a Delhi y de allí marchaban cada uno a su pais. Dentro de la habitación tenían todo, sus pasaportes, ropa y dinero. La chica muy preocupada hizo bajar a su novio con el convencimiento de que dentro había alguien y que posiblemente les estaba robando. 

Bajamos otro español y yo con él por si acaso. Intentamos abrir la puerta y la golpeamos con la intención de que si había alguien saliera de allí y desistiera de robar. Bajaron de la terraza algunos tios más y la cosa se empezó a alterar. Entre los que bajaron uno fue el australiano borracho que desde su habitación que se encontraba frente a la de los chicos que supuestamente estaban siendo robados me hizo un gesto para que entrara en su habitación. Me daba una pereza enorme entrar a escuchar a una persona con semejante melopea pero entré. Cuando llegué a estar frente a él abrió su mano y me enseñó un candado cortado con una cizalla. Me hizo un gesto de que no dijera nada pero no le hice caso y salí comentando que habían abierto la habitación de enfrente. La chica y el chico se pusieron muy nerviosos y apareció el dueño del hotel que no entendía absolutamente nada y repetía sin parar quie no podía haber nadie en el interior de la habitación puesto que el hotel estab cerrado y solo él tenía la llave. Uno de los chicos que trabajaba en el hotel señaló en el pasillo un lucernario cubierto con un plástico y alguien gritó "se escapa por arriba!!!" y todos corriendo subimos a pillar al supuesto ladrón que aún nadie había visto. El australiano del candado al ver que todos estábamos preparados para pillar al ladrón se animó y le pidío la llave del hotel al dueño, este accedió a abrirle y dejarle salir. El australiano acompañado del español y de su increible borracjera salió corriendo poseido por el mismísimo satán y se metió en la primera puerta que vió como si huebiera visto entrar allí a alguien. En su interior había una familia entera y el cabeza de familia sacó una pistola y se la puso en la cabeza al australiano mientras le preguntaba cual era su problema y si hacía el favor de salir de allí lo antes posible. El español lo agarró del brazo y lo sacó de allí mientras la calle se llenaba de curiosos. Volvieron a entrar al hotel y subieron a donde estábamos los demás. 

En la puerta de la habitación la chica pidió una linterna que otro extranjero le dejó. Se asomó por encima de la puerta y apuntó al interior buscando presencia humana. De pronto dijo "Hay alguien tumbado en la cama!!!!", me asomé yo y apunté con la linterna. Pude ver un pie con un calcetín. Algo no era muy normal. Aporreamos la puerta y gritamos al tipo para que saliera. Una chica holandesa grito desde el hueco de la puerta un nombre y a los pocos segundos se abrió la puerta desde dentro. Un tipo borracho como no es normal apareció tras la puerta con una sonrisa que le iba de oreja a oreja. Era uno de los que se había estado poniendo a whisky en la terraza, se había equivocado de habitación y estaba frente a todos nosotros con una camiseta llena de mierda y unos gallumbos. Al vernos sonrió, hizo un gesto con la mano a modo de brindis torero y procedió a cerrar la puerta y seguir durmiendo. La gente se moría de la risa y le invitaron a irse a su habitación. Nos despedimos de todos y cada uno volvió a su cuarto no sin antes comentar la jugada entre muchas muchas risas. Fue una noche genial."



Gala, Paul (Chile), Pilar
 y Javi (Espana)

Hoy nos hemos levantado a las 9 y hemos desayunado con calma. Luego iremos a ver todos los ghats de Varanasi. A seguir pensando un poco sobre lo grande que resulta el hecho de permanecer tan cerca de la muerte, de respirarla, de vernos impregnados de esas cenizas que recorren esta grandísima ciudad de 10 millones de almas.






Mañana nos levantaremos a las 5 de la mañana y veremos amanecer sobre el Ganges sobre un bote de remos por 40 rupias cada uno.

Estamos muy bien,como siempre, muy agusto, nos levantamos cantando o bromeando y reimos a cada rato. También sentimos el cansancio de cada trayecto y pasamos horas en las terrazas de los hoteles compartiendo experiencia vividas en estos ya cerca de 40 días en la india.

La gente que nos encontramos es gente que ama viajar, que disfruta de la gente que viaja, que vive cada segundo como el más intenso. Sentirse tan vivo en una ciudad que abraza la muerte es algo verdaderamente curioso.

Saludos a todos :)

Mucho tiempo esperando este momento.

Namaste mere dost!!!!!

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